Eu & Você

Piel con piel

 

               El sol de la mañana penetraba por la puerta del balcón, la cual tenía la persiana abierta, embargando de luz cada rincón de la habitación de un cálido color rosado producto de su paso a través de las cortinas.     Cada rayo buscaba como un kamikaze una superficie donde morir iluminando todo en su viaje suicida.

María se revolvió sobre la sábana blanca que cubría la cama mientras las mantas yacían en el suelo tras la lucha de pasión que había ocurrido, durante la noche,  entre ellas. Su cuerpo desnudo, sentía la calidez de los rayos del sol. Únicamente llevaba unos boxes azules, que se había colocado, antes de caer rendida en los brazos de Morfeo, tras aquella orgia de caricias, besos y orgasmos.

 Se incorporó levemente y contempló el cuerpo desnudo de Angelo a su lado, el cual seguía dormido, boca abajo sobre la almohada. María se tumbó delicadamente sobre su espalda y Angelo abrió lentamente los ojos. Podía sentir los pechos de María contra su espalda, su vientre. María lo abrazo besándole la mejilla. La barba de dos días de Angelo le hizo cosquillas en los labios. Sus ojos se encontraron entre los mechones de pelo castaño de María que caían sobre el rostro de Angelo como las gotas de lluvia sobre el desierto, creando una especie de cueva entre sus miradas. Los ojos verdes de María se bañaron en los ojos marrones de Angelo. Ambos notaron el rubor de la pasión mañanera del otro, en su mirada.

Angelo se desperezó y lentamente se giró bajo el cuerpo de María, para quedar cara a cara, hasta poder notar los pechos de ella sobre sus pectorales. Vientre con vientre. Ingle con ingle.  Se miraron fijamente, diciéndose todo lo que las palabras no eran capaces de expresar. Gritando en silencio con sus miradas la pasión que los inundaba, el Amor que se tenían.

-Te amo.-Esa fue la mecha que dio comienzo a una nueva orgia de caricias y besos. De roces oportunos. El inició de aquella canción de notas desafinadas que iban in crescendo...