Amor matemático

El Amor puede ser como las matemáticas, complicado, a veces difícil de llevar. Es algo que no se puede dejar para el último momento, cuando ya es demasiado tarde, si no, debe llevarse al día, con mimo. Concretamente, el Amor es como la geometría. Quien pudiera pensar que en el campo de la geometría hubiera amor, ¿verdad? Pero si lo hay. Hay cuatro tipos de historias de Amor; un amor de líneas paralelas, que por mucho que se alarguen, por mucho que se deseen entre ellas, siempre habrá un espacio que  las separen, más grande o más pequeño, y por ser paralelas, esas dos líneas nunca llegarán a coincidir. Es triste, pero es así. Luego tenemos el tipo más complejo, el amor de asíntotas, que siempre se están acercando, cada vez más y más, pero nunca llegarán a estar juntas. Este tipo de Amor, desgraciadamente, también es real. Y por último, está el más trágico, el amor de líneas tangentes. Aquellas que iban separadas y se cruzaron en un determinado momento de sus vidas, pero volvieron a separarse, este, a mi entender, es uno de los más dolorosos tipos de Amor. Hasta aquí, parece que todo podría ser malo, peor hay un cuarto tipo de Amor matemático, el Amor coincidente, aquel dado por dos rectas, que están estrechamente ligadas, unidas. Tal es su unión, que son prácticamente una. Este es el Amor matemático perfecto. Mi favorito. Porque por mucho que se alarguen ambas rectas, no habrá ningún punto en el espacio en el que no estén unidas, siempre irán a la par, juntas.

El Amor puede ser como las matemáticas, complicado, a veces difícil de llevar. Es algo que no se puede dejar para el último momento, cuando ya es demasiado tarde, si no, debe llevarse al día, con mimo. Concretamente, el Amor es como la geometría. Quien pudiera pensar que en el campo de la geometría hubiera amor, ¿verdad? Pero si lo hay. Hay cuatro tipos de historias de Amor; un amor de líneas paralelas, que por mucho que se alarguen, por mucho que se deseen entre ellas, siempre habrá un espacio que  las separen, más grande o más pequeño, y por ser paralelas, esas dos líneas nunca llegarán a coincidir. Es triste, pero es así. Luego tenemos el tipo más complejo, el amor de asíntotas, que siempre se están acercando, cada vez más y más, pero nunca llegarán a estar juntas. Este tipo de Amor, desgraciadamente, también es real. Y por último, está el más trágico, el amor de líneas tangentes. Aquellas que iban separadas y se cruzaron en un determinado momento de sus vidas, pero volvieron a separarse, este, a mi entender, es uno de los más dolorosos tipos de Amor. Hasta aquí, parece que todo podría ser malo, peor hay un cuarto tipo de Amor matemático, el Amor coincidente, aquel dado por dos rectas, que están estrechamente ligadas, unidas. Tal es su unión, que son prácticamente una. Este es el Amor matemático perfecto. Mi favorito. Porque por mucho que se alarguen ambas rectas, no habrá ningún punto en el espacio en el que no estén unidas, siempre irán a la par, juntas...