Puzle de amor

No sé cómo sucedió. Intenté hallar el comienzo de este sentimiento, mas no di un punto de inicio concreto. No te buscaba y llegaste. En medio de la tormenta me trajiste la calma. Hacía tiempo que te conocía, pero nunca reparé en ti de esta manera. Muchas veces quedamos, hablamos, reímos y compartimos sonrisas. Pero por aquel entonces éramos dos barcos prisioneros cada uno en su puerto. Dos navíos anclados y abandonados sin darnos cuenta. Tú te liberaste antes de tu prisión, rasgándote en la huida tus alas y tu sonrisa. Yo tardé más en darme cuenta de la realidad, y para entonces ya era muy tarde para liberarme. Fui arrancado de una ilusión, con el corazón despedazado y la vida destrozada. Pero entonces, tú llegaste como el amanecer en medio del insondable mar. Y ahora estamos juntos en esta locura, para atravesar tempestades y tormentas buscando un puerto en común.

No éramos iguales, ni lo somos hoy en día. Pero dos piezas iguales no pueden hacer un puzle y por eso a pesar de eso, estamos juntos. Haciendo este puzle  de amor…