Amor de puente

“Todos los puentes
están enamorados
de un suicida”

 

               Llevaba años, esperando aquel momento. Años largos y duros. Soportando días malos y fríos. Recordaba como la lluvia le había empapado tantas veces. Intentando resfriar sus ilusiones.

Había esperado con calma y a la vez una tranquila impaciencia que lo invadía día tras día. Sobretodo noche tras noche. Pues todos sabemos, que en la noche, en la oscuridad nocturna es el mejor momento para encontrar a esa persona. Ese amor verdadero. Porque la noche tiene algo, un haz de magia, no sé si será por la luna, o las estrellas, o porque quizás en su oscuridad es más fácil desnudarse el alma.

Y allí había aparecido. Allí estaba. Caminando hacia él, taciturnamente. Con la mirada furtiva y triste. Pero decidida. Sabía lo que le había llevado allí. Tanto tiempo esperando. Aguardando por que llegará y no sabía cómo reaccionar.  Él no estaba hecho para decir cosas; para hablar. Tampoco para abrazar ni escuchar. Solo para…solo para…estaba hecho para unir. Para salvar la distancia entre dos puntos alejados. Ese era su fin vital…

Pero le había llegado el momento. El momento de amar, porque al fin y al cabo, todos los puentes están enamorados de un suicida