Confianza de revolver

Confianza de revolver

            Cuando crees conocer a alguien tan bien, que lo entregas todo. Le das cosas que sabes que nunca jamás recuperarás; como tu tiempo, sueños, momentos… Llegas a confesarle tus mayores temores, porque confías que esa persona nunca te hará daño, a pesar de que en sus manos pones un revolver cargado para que te destruya si así lo quisiera.

            Y día a día , segundo a segundo, beso a beso, caricia a caricia, mirada a mirada, sonrisa a sonrisa, no haces más que entregarle un pedazo más y más de ti. Porque confías, sabes que esa persona es tu definitiva, tu ideal, tu sueño hecho realidad…

            Pero llega un momento en que todo es destruido, el revolver ha sido colocado sutil y rápidamente, no en tu sien, si no en tu pecho,  y cuando oyes el disparo, cuando hueles el intenso, penetrante y embriagador olor a pólvora, ya es tarde para cualquier posible salvación. Salvo en algunos casos, en los que con acopio de un ultimo aliento, soltamos un “Te amo”…