Allí apareciste tú, justo en el preciso momento que más lo precisaba. Hundiéndome en medio de la tormenta de drogas, sexo vacío y auto aniquilación, apareciste tú como un salvavidas. O eso pensé. No sé cómo fue, ni por qué, pero entraste en mí. Penetraste en mi alma con tu sonrisa. Derribaste los muros y alambradas que había puesto alrededor de mi corazón. Lograste entrar sin siquiera intentarlo. Aquella maleta llena de piedras que llevaba atada al cuello tú la vaciaste, me liberaste de la carga que me atormentaba, de mis temores a amar. Comencé a extrañarte sin siquiera tenerte…

 [...]

                Me enamoré…lo reconozco hoy como lo hice ayer…me enamoré locamente de ti. De tu acento, tu mirada, tus labios, tu sonrisa…

[...]

                Lo intenté, todo lo intenté para enamorarte. Para amarrarte a mi lado, para tenerte junto a mí. Bien lo sabes. Todo. Pero a poco de poco te sirvió. Con la facilidad con la que un enemigo dispara a su némesis, con la disposición de un asesino a un homicidio, me borraste rápidamente. Me tiraste. Me dejaste plantado mientras cogías un tren sin retorno…

 

[Inconcluso como nuestro "Hamor"]