“Cuando sobran las palabras”

A veces; sobran las palabras. Cuando nuestras miradas hablan en silencio, o cuando nuestras pieles se comunican con caricias. Sobran cuando lo que queremos decir no cabe en silabas, ni frases, ni oraciones. Cuando nuestros cuerpos se buscan bajo las mantas para darse calor o cuando nuestras manos se encuentran para caminar juntas. Sobran porque sin ellas logramos comprender lo que queremos decir. Cuando nuestros labios se encuentran y nuestros corazones se aceleran al sentirse próximos. Sobran cuando nos conocemos tan bien que podemos leer nuestros pensamientos, cuando somos un “nosotros”. Cuando una lagrima o una sonrisa expresa más de lo que podemos imaginar y sabemos lo que tenemos que hacer. Sobran sobre todo cuando lo que hay que expresar es un sentimiento tan profundo, mágico e inefable para el que las palabras se quedan cortas. Inútiles...