Vomitando mariposas

Y aquí estoy, de rodillas, frente al retrete. Tengo los labios ya secos y el estómago más que revuelto. Con esa sensación de vacío, propia de cuando has vomitado, aunque no lo esté. El mareo me ataca y mi cabeza oscila sobre mi cuello como si fuese un péndulo roto. Siento que me va a estallar. El puto Big Bang dentro de ella. Noto el paladar reseco y con quemazón. La garganta seca. Me empieza molestar el estar de rodillas en las baldosas, frente al retrete. Qué asco. Pensar que allí me sentaba para hacer otras cosas.

               Aquí llegaba. Subía desde mi estómago.  Para correr por mi garganta y salir por mi boca. Quemando todo a su paso. Haciendo el camino inverso a cuando me las tragué. Esas promesas de amor. Tus falsos “Te amo”. Que ahora me hacían vomitar mariposas…